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Alchemy of Aches

Vibeke Mascini - solo show







El agua que será luz tiene memoria de sangre

El arte es la presencia de una mente frente a algo establecido. Esa mente busca el hilo suelto, el agujero oculto, esa mente escucha con los otros sentidos, no con los oidos; ve con los otros sentidos, no con los ojos; toca con los otros sentidos, no con las manos y entonces, como quien quita un manto, devela. Ese algo establecido le muestra otro estado de su existencia. Cuenta, piensa en voz alta, una voz que el artista escucha y debe traducir a su lenguaje, uno que haga esa otra realidad de las cosas un tanto más tangible.

Entramos a casa, encendemos la luz. Ya está. Quitamos un envoltorio, pelamos una fruta, rompemos un huevo, y lo tiramos a la basura. Ya está. Pero de dónde viene esa luz. A dónde va esa basura.

Estas piezas son instrucciones de viaje a la inversa. Se enciende la luz y diríamos que inicia el trayecto de regreso, un viaje intra muros por los cables de la energía que a cada tanto llegan a postes de luz y continúan siendo cables hasta llegar a grandes depósitos de energía que se mueven y van hacia atrás buscando su origen. Hasta llegar a una represa, y de esa represa pasa al apacible trayecto de un río que un día nació de lasentrañas de la tierra.

Pero estas piezas son también la resurección de las cosas, un vertedero de basura que da luz, que activa el movimiento. Deshechos capaces de iluminar y develar que no hay muerte posible, que en la materia la energía se mueve con la voluntad misma de la existencia y lo transforma todo.

Vibeke Mascini atrapa la energía, la contempla entre las manos, la cambia de forma, la reorganiza y hace con ello un poco más elocuente a esa hebra de voluntad que atraviesa todo: lo vivo y lo muerto, lo inmenso y lo diminuto, lo hermoso y lo terrible.

Vino a Guatemala y su búsqueda por encontrar ese pozo de energía elocuente la llevó a dos lugares: La hidroeléctrica Chixoy en el Río Negro y el basurero de la zona 3. Inquietante. Cuánto de la historia de Guatemala podemos contar con esos dos puntos.

Imaginemos el mapa. Un punto en la ciudad de Guatemala, otro en el punto de unión de Las Verapaces y Quiché. Uno produce energía. El otro es un cadáver de cadáveres, restos de restos, basuras que se acumulan y que se convierten en la deidad del deshecho, de lo que ya no nos sirve, y en el que, a pesar de todo, vuelan las mariposas.

Imagino a Vibeke llegando al Río Negro, engullendo con sus ojos ese lugar diríamos apacible, pero que poco a poco, empieza a hablarle, empieza a lanzarle voces, ¿cómo son las voces en el Río Negro? ¿Son gritos atrapados en la rivera, son reclamos y súplicas? El eco de una masacre. El agua que será luz tiene memoria de sangre, y sin embargo esa agua convertida en arte vuelva a iluminar el verde de las plantas dormidas.

Imagino a Vibeke llegando al basurero de la zona 3, percibiendo la energía que sale despedida de los deshechos de millones de personas, ¿a dónde va esa energía?, ¿solo reposa eternamente y duerme? ¿pordría esa energía regresar a ser luz? Una ciudad a la que le crece encima una ciudad de basura. Basura que ahora es luz e ilumina el milagro de una planta viva.

La energía, del cuerpo, de la tierra, de los objetos; esa voluntad extraña que dio inició al más largo y enigmático camino: la existencia. Mucho se habla del espíritu, del alma o incluso del pensamiento, pero ese pulso, esa voluntad que se repite a niveles cósmicos y microscópicos finalmente no tiene una correspondencia con el entendimiento, con el mundo de las explicaciones. ¿De dónde viene? ¿Por qué existe? y cuando se apaga, ¿a dónde se va? ¿Cómo se transforma? ¿Cuál es su tránsito y su metamorfosis?

De lo orgánico a lo inorgánico la energía parece ser el lenguaje de todo, la palabra del universo. Invisible como el pensamiento y el alma, la labor de la artista es la reorganización del mundo con el fin de hacer tangible lo intangible.

-Carmen Lucía Alvarado

Guatemala, 20 de octubre, 2023

Proyectos Ultravioleta presents:

Vibeke Mascini

Alchemy of Aches ——————————– 

Usando medios fluidos que incluyen video, instalación, sonido y  texto, Vibeke Mascini explora la escalada sensorial de  fenómenos abstractos, con la intención de encontrar agencia en la intimidad. En colaboraciones a largo plazo con científicos,  ingenieros, empleados gubernamentales y músicos, ella propone  el desarrollo de un entendimiento consciente de la energía eléctrica como una declaración de enredos e interconexiones –entre especies, medios y naturaleza, materia y energía. Al explorar las relaciones complejas entre fuente y usuario, y al enfocarse en las implicaciones materiales de distintas fuentes inesperadas de donde se genera la electricidad, Vibeke propone  instalaciones en donde las memorias y las experiencias sensoriales misteriosas se encuentran con la tecnología de punta de la industria de los sistemas de almacenaje eléctrico. 

Sus fuentes de electricidad inesperados incluyen al cuerpo de una ballena, un glaciar derretido, cocaína confiscada y restos humanos, a los cual les da forma por medio de asociaciones con estos entes eléctricos, y su implicación y tensión de su destrucción en el proceso de convertirse en gasolina. 

Para su primera primera exposición en Proyectos Ultravioleta, Vibeke explora la presencia ondulante del sufrimiento en los pueblos y las ecologías que persisten en las infraestructuras principales de la red y el sistema eléctrico de Guatemala.

Alquimia de dolores es el resultado de una investigación que combina alteraciones in-situ de trabajos existentes con colaboradores locales. Orientado en torno a dos instalaciones performáticas nuevas – que involucran el aprovechamiento energético de los vapores de metano que emanan del basurero de la zona 3 y las corrientes de la hidroeléctrica Chixoy que fue construida sobre la masacre de las comunidades indígenas Q’eqchi en el Río Negro Alquimia de dolores es un capítulo nuevo y significativo en torno al interés recurrente de Vibeke sobre la ficción de la ‘electricidad neutral’, al prestarle atención a las señales metabolizantes de la angustia material y emocional. 

Aquí, Vibeke le apunta a una propuesta consciente para las capacidades generativas complejas de los sitios de destrucción: reconociendo la importancia de la conmemoración y la justicia.

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