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Edgar Calel

En la casa de mi hermano

Edgar Calel & Paulo Nazareth







PROYECTOS ULTRAVIOLETA
Presenta:
En la Casa de Mi Hermano
++ Programa Público de Acciones Artísticas A Gusto
Paulo Nazareth y Edgar Calel
Ciudad de Guatemala / San Juan Comalapa
16 de diciembre del 2023
Curaduría y texto: Luciana de Oliveira

Arte y chamanismo pueden transponer los límites  de la  representación por el performance

Un hombre camina alrededor de un gran árbol cuyo grueso tronco está decorado con banderas. Camina hacia atrás. Cabras, personas, coches, motos y una estatua de espaldas componen el escenario cambiante de esta acción repetitiva. Se oye el ruido de la ciudad. Un hombre aparece en un bosque de árboles altos e imponentes, caminando. Arrastra un arbusto atado en su larga trenza negra, lleva un ramo de flores en las manos y raíces en la cara a modo de máscara. La luz del sol magnetiza el bosque y al hombre. El primer hombre da muchas vueltas, caminando hacia atrás alrededor del gran árbol. El segundo hombre pasa rápidamente. Sale del bosque y se adentra en él, escalando una montaña. El árbol parece una continuación de su cuerpo. Dos hombres caminantes, dos árboles. ¿Cómo se retuerce el tiempo para crear territorios existenciales y encrucijadas que alimenten y amplíen este hacer-imágenes-movimiento? A veces hay que seguir a los plátanos. Pensar la geopolítica a través del ojo del plátano. El plátano cruza fronteras que ciertos cuerpos no cruzan, como ocurrió con el intento de Paulo Nazareth de cruzar la frontera estadounidense con Pedro Calel conduciendo una kombi verde llena de plátanos. A Pedro no le aprobaron el visado. Los plátanos llegaron a la frontera abierta al “libre mercado” , pero no pudieron ser transportados por las manos que los plantaron. Manos no deseadas de cuerpos no deseados. Desde antes de la época de la United Fruit Company, la mama Yunay, los plátanos guatemaltecos han sido bienvenidos en muchas partes del mundo. Guatemala, el único país latinoamericano que ha logrado llevar a cabo una reforma agraria moderada pero inspiradora, sufrió un duro golpe político que reinstaló la dictadura y la violencia estatal como forma de garantizar los privilegios de los terratenientes por medio de la actualidad colonial que expropia territorios y vidas indígenas. Pero igual se puede seguir la yerba mate con su ojito pequeño. Fue a causa de la yerba mate que se crearon ocho reservas indígenas en el estado de Mato Grosso do Sul/Brasil, confinando a los pueblos Kaiowá y Guaraní Nhandeva en territorios artificiales para que los herbales naturales pudieran ser explotadas libremente por la Compañía Matte Larangeira, otra “multinacional” – que es más una “mononacional” norteamericana-, obviamente utilizando mano de obra indígena semiesclava como base de la acumulación. Edgar Calel conoció esta realidad el 2014, cuando visitó un territorio retomado y autodemarcado del pueblo Kaiowá. En Brasil, ese gigantesco país entregado (o condenado) al agronegocio y la minería, nunca ha habido reforma agrária. Cuando hubo un atisbo de llevarla a cabo, fue seguida, como en Guatemala, por un golpe de Estado y una dictadura cívico-corporativa que duró 21 años. Aunque el Estado, en la carta constitucional de 1988, reconoció el derecho originario a la tierra de los pueblos indígenas, así como de la ocupación de tierras improductivas por parte de los trabajadores rurales sin tierra no existe seguridad jurídica ni grandes esfuerzos por regularizar la demarcación de los territorios ancestrales tradicionales o asentamientos. Por eso Edgar Calel invitó a personas de aquella comunidad – hombres, mujeres, ancianos, ancianas, niños, un monito – a grabar sus huellas en un papel o en el abismo blanco (Qetalh ri ca winaqi pa sãnq siwan/El rastro de nuestra gente en el abismo blanco, 2014). Pies que, milenarmente, caminan y demarcan el territorio que, como los Kaiowa testifican, “es nuestro porque la tierra es del color de nuestra piel”.Si la tierra es madre y un árbol puede ser una casa, la exposición En casa de mi hermano (Proyectos Ultravioleta/Ciudad de Guatemala) y el Programa Público de Acciones Artísticas A Gusto (Casa Kit Kit/San Juan Comalapa-Chi Xot) es un encuentro para reactivar la máquina del tiempo vista en obras como L’Arbre D’Oublier / El Árbol del Olvido (Paulo Nazareth/2013) y At nu jukukempe / Te traigo arrastrando conmigo (Edgar Calel/2016). Es un espacio de liberación, donde caben todos los cuerpos con todas sus historias y recuerdos. Ya sea el deseo de revertir o invertir el tiempo, de presentar pasados traumáticos y reproyectar la sanación en tiempo espiral, ya sea el deseo de hacer espacio en el tiempo a los cuerpos que, ampliados por sus historias y recuerdos, se ramifican en todo un continente, la historia milenaria de la gran “Améfrica Ladina” Es un encuentro de arte pero es también amor de familia. Una familia puede ser del tamaño de un continente, puede interconectar naciones, interconectar especies, interconectar el mundo aquí y más allá. Estamos abiertas a esto y nos gustaría seguir compartiendo, haciendo más grande la rueda ceremonial. Entrando despacio y con cariño en casa de mi hermano. No sin pedir permiso. ¡Permiso!