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Naufus Ramírez-Figueroa

Zipacna, Creador de las Montañas

Federico Herrero y Naufus Ramírez-Figueroa
Galerie Sultana + Proyectos Ultravioleta 
París, Francia

El Popol Vuh o “Libro del Pueblo” es una narrativa mito-histórica épica escrita por miembros anónimos de la nobleza quiché-maya, una rama de los mayas que dominó las tierras altas del oeste de Guatemala antes de la llegada de los conquistadores españoles en 1524. Su población actual es poco más del medio millón, diseminada a través de una serie de ciudades comerciales y pequeños pueblos agrícolas a lo largo de los modernos estados guatemaltecos de Quiché, Totonicapán y Quetzaltenango.

La historia del Popol Vuh sobre Zipacná, un demonio, cuenta que es desafiado por Hunahpu e Ixbalanque, héroes gemelos divinos, que deciden vengarse de él por la muerte de Los Cuatrocientos Niños, un grupo de 400 deidades patronas del alcohol que previamente habían probado matarlo después de considerar su abrumadora fuerza una aberración. En un relato fascinante que trata sobre la arrogancia, la venganza, el miedo y la creación del universo, Zipacná finalmente es asesinado a través de un elaborado esquema en el que se construye un cangrejo falso (su comida favorita) y se le esconde en el fondo de un cañón. Esto ha generado múltiples interpretaciones, incluida la de la muerte como castigo por el deseo sexual.

Zipacná, Creador de Montañas, una colaboración entre Proyectos Ultravioleta (Ciudad de Guatemala) y Galerie Sultana (París), reúne el trabajo de dos de los jóvenes artistas latinoamericanos más interesantes que trabajan hoy en día: Federico Herrero, reconocido pintor y escultor de Costa Rica, y Naufus Ramírez-Figueroa, artista multidisciplinario de Guatemala. La exposición gira en torno a una pieza de fan fiction de Ramírez-Figueroa en la que el artista se presenta a sí mismo como una versión de la tragedia del Zipacná del Popol Vuh que funciona como homenaje y burla del mítico antihéroe.

El trabajo de ambos artistas, de perspectivas claramente diferentes pero profundamente en sintonía, proporcionan una configuración para la meta construcción literaria creada por Ramírez-Figueroa en el cuento del mismo nombre. Las pinturas de Federico Herrero son interpretaciones especulativas de la playa en donde Zipacná disfrutaba del sol cuando fue perturbado por Los Cuatrocientos Niños, el agujero donde intentaron enterrarlo y el cañón donde finalmente es atrapado por Hunahpu e Ixbalanque, así como los diferentes personajes dentro y fuera de la historia. Las obras también contienen uno de los elementos recurrentes de Herrero: los portales a otras dimensiones transmitidos por los campos de color en los lienzos, en este caso, tal vez una puerta a la dimensión del Popol Vuh y, en particular, el momento en que la historia de Zipacná (y la reinterpretación de Naufus) podría tener lugar. La interpretación de Herrero de un posible paisaje guatemalteco tiene un precedente en su exposición Catarata, realizada en el 2011 en Proyectos Ultravioleta.

Por otro lado, la serie de serigrafías de Ramírez-Figueroa se basa en dibujos automáticos inspirados en la historia de Zipacná y, por medio de una extrapolación histórica, nos muestra también un comentario sobre el estado actual de las comunidades indígenas en Guatemala; particularmente a luz de los recientes eventos políticos como el genocidio impugnado que tuvo lugar a principios de los años ochenta en regiones donde se escribió el Popol Vuh. Partiendo de una larga tradición artística histórica, estos grabados también se refieren a la preocupación del artista por la identidad indígena contemporánea y su inaccesibilidad hacia miembros que no conforman parte de la comunidad.

Cuando Zipacná baja por el cañón para buscar al cangrejo, guiado por el hambre o el apetito sexual, de acuerdo a interpretaciones contrastantes, Hunahpu y Ixbalanque derrumban una montaña sobre él, lo que sugiere la venganza de su propia creación y una asociación con Cabrakan  (terremoto), el destructor de montañas, quien era su hermano. Tras la develación de la historia, dos esculturas y una pieza de audio de Ramírez-Figueroa, la exposición se  completa con: el brazo de Cabrakan, que fue asesinado después de comerse un ave envenenada, y por una cabeza de mono, una alusión a las prácticas artísticas tradicionales más recientes de Guatemala.

Zipacná, Creador de Montañas, es un acercamiento al Popol Vuh, sus paisajes imaginarios y algunos de los mitos alrededor de la historia, identidad indígena y producción artística. A través de notables coincidencias en términos de materia y sensibilidad artística, aunque utilizando diferentes técnicas y formas, tanto Herrero como Ramírez-Figueroa brindan una visión oscura y fascinante de la creación de las montañas, el comienzo del universo.

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