—¿Olvida usted algo?
—Ojalá.
“El emigrante” Luis Felipe Lomelí, 2005
El barco que zarpa nunca es el mismo al que llega es una exposición colectiva en Proyectos Ultravioleta que intenta reflexionar, o al menos poner sobre la mesa, temas relacionados a la migración, mano de obra, remesas, exportaciones, deportaciones y otros tipos de tensiones que marcan nuestro día a día y que articulan las relaciones tan asimétricas entre Guatemala y nuestro amigo en el norte.
Bien dicen allá arriba, pero no tan arriba, “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos.” Y nosotros acá abajo, lejos de Dios y también de nosotros mismos, pero con promesas—o al menos deseos—de un mejor vivir.
Con 'Caravana' , Hellen Ascoli presenta una escultura de textil que nos recuerda esos viajes imposibles que emprenden tantos de los nuestros en la búsqueda —y la necesidad— de un mejor mañana, cargando únicamente lo que su cuerpo aguante. Primero se endeudan, luego dejan atrás todo lo que tienen y lo que les es familiar, y literalmente arriesgan la vida… todo por una oportunidad a una vida digna- con empleo, seguridad, prosperidad y derechos básicos, claro está, pero siempre alertas y listos para recoger lo que llevan y moverse de nuevo.
Ya estando allá, los que llegan, trabajan como pocos y aceptando todo tipo de trabajos que los otros, los de allá, no quieren aceptar. Y así, como en la pintura monumental 'Cabezas de coco en el ciclo salvaje (Coconut Heads in the Wild Cycle)' de Akira Ikezoe, se insertan en ese círculo de máxima productividad, haciendo de todo, para sostener ese sistema tan vasto, acaparador, y productor de un sin fin de cosas —¡incluso las que no sabíamos que necesitábamos!— y que permita ganar un sueldo que aguante para lo básico, pero que rinda para enviar suficiente de vuelta y en forma de remesas.
Lo que llega de vuelta sostiene la vida y permite, por primera vez, pensar no solo en el hoy si no también en el mañana. Luego de cubrir lo mínimo, llega la construcción de un mejor futuro, de un hogar. Pero, ojo , va por partes y conforme van llegando esos pagos desde el Norte. Esas casas van creciendo verticalmente por partes, como en un baile, o como en el performance 'Arquitectura incremental' de Naufus Ramírez-Figueroa, cada una con una estética singular que es mitad mezcla de los estilos arquitectónicos con que se identifica cada propietario y mitad las posibilidades económicas del momento en que se construye. Y atravesando esas construcciones, siempre una 'Costilla' de hierro como la de la escultura del mismo nombre de Edgar Calel, que ofrece estabilidad y una aseguranza de estabilidad—quizás más psicológica que estructural—y nos insta a creer que esa casa que alberga a la vida, y por ende el mañana, no se caerá.
Ser inmigrante, o bien emigrante, obliga a vivir con poco y estar siempre alerta, dado que todo puede cambiar en un instante. En 'Deportada (Todo lo que perdí)' Regina José Galindo se rodea de la cama, cocina, platos, fotos, muebles, sillas, espejo, sillones, televisión y plantas, y se viste con la ropa de Cristina—migrante recién deportada de Nueva York a México—invocando su ausencia y evidenciando la violencia con la que de un momento a otro ese sueño americano se convierte en una auténtica pesadilla, dejando atrás una identidad y una nueva vida.
Y ante cada una de estas instancias, cada uno de estos riesgos desmedidos, cada uno de estas injusticias, los ojos que atestiguan lo vivido. Con su pintura al óleo 'Omega Nº 2' que nos observa al adentrarnos a la exposición, y que nos vuelve a observar cuando salimos—para constatar si somos ese mismo barco o navío que zarpó que el que finalmente llegó—y las tintas sobre papel 'Circe Nº 5' y 'Cíclope' de Rodolfo Abularach (1933-2020) nos ponen en jaque, y nos recuerdan que ante tanta injusticia no podemos simplemente cerrar los ojos o ver hacia el otro lado.